Punto de partida
El gin chileno que desafia a Kim Jong Un
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Era de noche, en agosto de 2020. El periodista Francisco Ibáñez (conocido en Twitter como @elquenoaporta) estaba quedándose dormido, cuando un nombre apareció en su mente. Se levantó de la cama, lo anotó en una libreta que tiene en su velador. Y le costó dormirse.
A la mañana siguiente cuando su pareja, la diseñadora industrial Milka Covacevich, abrió un ojo, le dijo: “Lo tengo: Gin Jong Un, como el supremo líder”.
Covacevich se rió. “Esto de que Kim Jong Un tiene un país entero con su corte de pelo, nos parecía sensacional. Y cuando Francisco me dijo que el gin se iba a llamar asi, sonó perfecto: porque muchos gin tienen esto de mapuche, autóctono y el origen. Bueno, este es nuestro origen, el sentido del humor”, cuenta Milka.
Ese mismo día registraron la marca y llamaron al ilustrador Francisco Olea para que les creara la etiqueta. Fue el momento en que el gin que estaban fabricando en su departamento en Providencia se convirtió en negocio.
El laboratorio
Como en tantos otros casos, la idea se gestó en pandemia. Covacevich trabajaba en la agencia Albawik, que diseñaba e implementaba stands en distintos lugares del mundo, principalmente a Prochile. Pero las cuarentenas, y los aforos, llevaron a esa industria a cero.
En paralelo, Francisco llegó a trabajar desde la casa. “Nos vamos a terminar matando”, pensaron, porque hasta entonces el comedor era la oficina que ocupaba la diseñadora. “¿Sabes qué? Tengo ganas de hacer gin”, le confesó Ibáñez.
Nunca habían hecho nada parecido, ni gourmet, pero un ex compañero en arquitectura del hoy periodista, Eduardo Labra, estaba haciendo el gin Pajarillo en su casa. Y decidieron probar ellos también.
Bucearon en Internet todo lo que se necesitaba: un alambique, enebro, cedrón, flor de hibisco, romero, etc. Empezaron a llegar en bolsas de 1 kilo al departamento. Luego, Francisco hizo un curso online en la Microdestilería para aprender a usar el alambique. Y se lanzaron a experimentar.
“Para hacer gin”, explica Covacevich, “pones a macerar las distintas hierbas que tienes en frascos. Y hay distintos tiempos: en el caso nuestro tiene cítricos, hierbas, pimienta y enebros, como grupos. Hago cuatro maceraciones, cada una con tiempos distintos y después esas las destilo. Y en distintas proporciones hago la mezcla, y aparece el gin”.
La gracia era que no fuera demasiado cítrico como para amargar el Negroni, ni con demasiada pimienta para que funcionara también en un gin tonic. Hubo pruebas que resultaron turbias, otras -reconoce- como aguas de calcetín. Cada testeo se hacía con pipeta y se anotaba en la libreta que acarreaba Francisco en el bolsillo de la camisa. Hasta que dieron con la combinación perfecta. Y empezaron a ofrecer a sus amigos en botellas de tónica.
Los familiares de Kim
Se empezó a correr la voz, agrandaron los envases y llegaron a fabricar 50 unidades semanales -hoy las hace Milka, porque Francisco retomó la presencialidad de su trabajo-. En eso se cruzaron con Mauricio Rojas, dueño del bar Porfirio, en Manuel Montt, quien les propuso entrar como socio al negocio. Hace un mes y medio firmaron la sociedad. Todo para dar el salto.
En enero, Gin Yon Un saldrá al mercado oficialmente. Para eso, maquilarán en la destilería Zunda, del dueño de Pajarillo, que fabrica también para terceros. “Yo le doy mi receta, todos los ingredientes, las botellas… y él me lo elabora”, explica Covacevich.
“El tema de las botellas fue bien loco porque Chile se quedó sin vidrio. Entonces tuvimos que encargar un pallet (de 1.600 botellas) a Francia, que llegó la semana pasada para hacer la primera partida”.
La idea es venderlo en distribuidoras, restoranes y bares. Retail no, al menos por ahora. Al mismo tiempo están terminando la página web para ofrecerlo por e-commerce.
-Registraron también el punto com, ¿en algún momento piensan exportar?
-En algún momento. No es el objetivo principal en este minuto, sino que consolidarnos aquí. Y si funciona, quizás hasta dónde vamos a llegar. Vamos a hacer otros productos: la Gin Jong Lee, la hermana del asiático; el abuelo; hacer un doble destilado; ediciones especiales… porque da para el juego.
Cuando en agosto dieron con la receta, recuerda Francisco, se hizo pública la demanda de Mel Gibson a la fabricante de miel chilena Miel Gibson. “Entonces mis amigos que ya sabían de esto me decían: ‘Mel Gibson le mandó un abogado. Este gallo (Kim Jong Un) no manda abogados, te manda un misil nuclear, te vas a morir el día que él se entere’”, comenta riendo.
“Pero nosotros no le tenemos miedo a nada”, ríe Milka.
Masters of Naming, el sitio y cuenta en RRSS que destaca juegos de palabras en todo el mundo, los mencionó una vez, cuenta Covacevich. Y es que el nombre del gin es la principal llegada al momento de comprar. “La gracia es que todos ellos después vuelven porque les gusta el sabor”, explica.
De hecho, les han comprado hasta coreanos en Chile (de Corea del Sur), y cuentan que se han generado muchos stickers y memes al respecto. “La gente nos habla de ‘camaradas’”, cuentan.